La denuncia por lo penal se resolvió con una pena de un año y diez meses de prisión y multa de diez meses, con cuota diaria de tres euros, por un delito continuado de falsificación en documento mercantil y otros seis meses de prisión por delito continuado de estafa, que sustituyó por seis meses de trabajos en beneficio de la comunidad y 900 euros de multa.
Una madre irá a prisión tras comprar comida con una tarjeta que encontró en la calle. Las Provincias