¿Qué pensamos nosotros? Que los fabricantes del mando homologado se habían asegurado muy mucho de que sólo se pudiera comercializar el suyo, al precio que ellos dijeran, y con las autoridades detrás, amenazando a quien no quisiera ser cliente suyo. Si para lograr esto medió favor, cohecho o corrupción con los políticos que tomaron esta medida, lo desconocemos.
El glorioso asunto de los mandos a distancia. Cuando el legislador está en el ajo. | Fraude Fiscal